“No os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” (Nehemías 8.10) 

La duda y la inseguridad es parte del escenario humano desde que la tragedia del pecado entró al mundo y a la humanidad. Dios sabe que es una de nuestras luchas incesantes desde que nuestra vida comienza. Sin embargo, él mismo ha hecho la provisión necesaria para que superemos nuestras dudas y temores que nos opacan el gozo del Señor. 

Nehemías 8:10  fue escrito en un contexto en el que la ciudad de Jerusalén estaba en ruinas, con sus muros protectores destruidos. El pueblo de Dios luchaba contra la oposición, el cansancio, las críticas y para mayor desgracia, las rivalidades internas entre ellos mismos estaban haciendo de las suyas.

El panorama era desastroso: la tristeza, el abatimiento y el desánimo eran el pan de cada día para el pueblo judío. Pero su líder Nehemías no desconocía la realidad de su gente, sabía que estaban tristes y dudaban de llegar a su meta. Sabía que debía hacer algo para que su pueblo no desmayara y su vida espiritual no decayera.

Una vez que la tristeza, la duda, el temor una vez que se adueñan del corazón humano, hacen estragos en la vida y nos lleva a situaciones difíciles de superar, nos roban el gozo, y dejan el espacio listo para que la incertidumbre se apropie de nosotros y dejemos de soñar y de luchar. En esa situación, Nehemías decide alentar a su pueblo con estas tres palabras: “No os entristezcáis”.

A continuación les expresa esta poderosa verdad: “El gozo de Jehová es vuestra fuerza”. No hay otro antídoto para la duda y para la incertidumbre, que no sea el gozo del Señor. El gozo no se trata de un sentimiento, consiste en la fuerte convicción de que, si ponemos nuestra confianza en el Señor, y quitamos nuestra atención de las adversidades que nos rodean, saldremos delante de cualquier situación por difícil que sea. 

Dios es soberano y quiere ayudarnos en las situaciones dramáticas que vivimos, él es Rey y Soberano, tiene el control sobre todas las cosas, su especialidad es convertir el llanto en gozo, el lamento en baile, la derrota en victoria, la duda en certeza. 

Este día demos un paso hacia el gozo, al no permitir que la incertidumbre nos domine, que la crisis nos derrote, ni que la duda nos robe el gozo del Señor. Busquemos al Señor, rindamos cada duda, cada temor ante él y dejemos que la presencia sola de él, sean de gozo y su fortaleza. 

Categorías: Caminando con Dios
José Isaí Lemus
Pastor de Área Educativa