El Rey Salomón, después de haber analizado la vida del ser humano en sus diferentes facetas y utilizando la sabiduría que Dios le había dado, escribe una conclusión en Eclesiastés 12.13: “El fin de todo el discurso oído es este: “Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”.
Antes de cerrar este mes donde como iglesia hemos estado evaluando nuestra vida espiritual y examinando el lugar que cada cosa ocupa en nuestro corazón, es importante que de forma individual decidamos poner el fundamento sobre el cual basaremos la decisión de hacer del Señor, el primer lugar de nuestra vida. Ese fundamento, es el Temor a él.
Hasta en 3 ocasiones, las Escrituras nos dicen que Temer al Señor, es el principio (El fundamento, el primer paso, la base) de la sabiduría (Salmo 111:10, Proverbios 1.7, Proverbios 9.10)
Vamos a Leer Salmo 128:1-6 y vamos a reflexionar en las siguientes preguntas:
Es posible que en algunas ocasiones hayamos escuchado que “temor a Dios” tiene que ver con reverenciar su Nombre, ese concepto es verdadero, pero incompleto. El creyente, debe en cierta forma tener miedo de fallarle a Dios, de pecar y de manchar su Santo nombre. Por ejemplo, la palabra hebrea que se traduce como “temor” en Salmo 128.1, es la misma palabra que aparece en Génesis 32.11.
Como creyentes, debemos cada día, estar conscientes de la presencia de Dios en todas partes, no hay lugar donde pequemos que este fuera de su mirada. Cada que vez que pecamos, lo hacemos delante de sus ojos. Por esto, el autor de Hebreos nos recuerda: “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor” Hebreos 13.28-29.
Durante todas las Escrituras, encontramos como Dios bendice y respalda a aquellos que muestran temor a El, meditemos en los siguientes pasajes
Para reflexionar