La Biblia enseña claramente que Dios ha dado “conciencia” a la humanidad. Lea romanos 2:15 y 16. Algunos le llaman “la voz interior” y a esta siguen. El problema es que dicha conciencia es imperfecta y puede fallarte. Lea 1Timoteo 4:2. El discípulo de Jesucristo, el hijo de Dios tiene algo mucho mejor que la conciencia y se llama Espíritu de Dios, quien mora en su interior y le habla a través de la Palabra de Dios. Él ha venido como Consolador, es el Paracleto, uno que ayuda en la toma de decisiones, en el querer como en el hacer por la voluntad de Dios. Él convence de justicia, juicio y pecado.
Lea Juan 16:7-8, basado en este pasaje ¿Quién convence de pecado de idolatría? ¿Quién le indica lo correcto ante la presión de adorar a alguien o algo que no sea Dios? ¿Quién me advierte de las consecuencias de adorar otros dioses, ídolos o cosas que se interponen entre Dios y usted? Lea Éxodo 20:1-5, 2 Crónicas 24:18-20, Mateo 6:21. La convicción de pecado no debe ser confundida con el sentimiento de culpabilidad. El sentimiento de culpabilidad hace sentir a la persona deprimida, desesperada y con vergüenza, en cambio la convicción de pecado, producida por el Espíritu Santo me hace acercarme a Dios para pedir su perdón por el pecado de idolatría y apartarme de todo aquello que está impidiendo mi relación con Él.
El tener un concepto correcto de Dios es clave a la hora de derribar ídolos. Lea Isaías 44: 6,8; 45:5, 6,14, 18, 21, 22. Algunas veces nuestros sentidos, que son las ventanas del aprendizaje serán extraviados por corrientes de pensamientos que quieren derribar nuestra adoración y servicio al único Dios vivo y verdadero, sin embargo, el Espíritu de Dios siempre nos guiará a la verdad, esa verdad que glorifica a nuestro Señor Jesucristo. Lea Juan 16:13. El espíritu de Dios siempre habla la verdad y nunca contradice la Palabra de Dios. Si bien es cierto, esa verdad me hace libre, no debemos ocupar esa libertad exponiéndonos al límite establecido por Dios, el cual es: Éxodo 20:1-5 “no tendrás dioses ajenos” 1 Corintios 10:14 “…huid de la idolatría.” Se dice que los israelitas salieron de Egipto, pero Egipto no salió de ellos. Lea Ezequiel 20:7, 44:10. El pecado de idolatría le contamina y contamina a otros.
La instrucción de Dios es “no se mezclen.” Lea Josué 23:7. Huya, aférrese a Dios. Los israelitas adoraron al Dios correcto de la manera incorrecta, redujeron a Dios a un “buey”. Lea Salmo 106:19-20. Asumir que detrás de una imagen hay poder es idolatría.