Juan 16:14 dice que el Espíritu Santo glorifica al Señor Jesucristo, de esto podemos inferir que cada discípulo o hijo de Dios glorifica a Jesucristo con lo que piensa, dice o hace, porque el Espíritu de Dios mora en él. Puesto que usted ha nacido de nuevo y ha sido sellado por el Espíritu Santo. Efesios 1:13 ¿Cómo debe usted continuar creciendo en Cristo? Lea Gálatas 3:1-3; según Gálatas 5:16-18 ¿Cómo se obtiene victoria sobre los deseos carnales, el pecado, el egoísmo? Lea Gálatas 5:22-25 ¿Cuáles de estas cualidades necesita desarrollar en su vida si usted pertenece a Cristo? ¿Qué debería suceder a los deseos y pasiones carnales que quieren controlar su vida? ¿Cómo hacer morir las obras de la carne que se levantan como ídolos en contra de la voluntad de Dios?
La palabra “fruto” en Gálatas 5:22 aparece en singular. En otras palabras, estas nueve cualidades son el fruto del Espíritu Santo en su vida. Si tiene una de ellas, las tiene todas en mayor o menor grado. No son resultado de un esfuerzo propio por mejorar a sí mismo. Sino el fruto del Espíritu Santo en su vida para conformarle más como Cristo. Lea Gálatas 4:19. Cuanto más crezca en la gracia y conocimiento del Señor Jesucristo, tantas más cualidades florecerán y distinguirán su personalidad. Al hacer esto los deseos carnales tendrán menos control en su vida. Reflexione ¿Cómo está su lectura bíblica? ¿Cómo está su vida de oración y su congregarse y servicio a Dios? Lea Romanos 1:18-25. El caos de la idolatría comienza cuando “la ira de Dios se revela contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad… pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios… se envanecieron en sus propios razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios se hicieron necios y cambiaron la gloria de Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.” Dígale a Dios que usted desea que Él quite todo aquello que se levanta como un ídolo de su vida. Que le haga consciente de las ocasiones en las que usted es tentado por esos deseos carnales de sustituir a Dios por algo o alguien. Pídele que le recuerde las consecuencias de ceder a dichas tentaciones. Que le enseñe a ser lleno del Espíritu Santo y andar en su Espíritu para parecerse más y más a Jesucristo. Lea Filipenses 3:7-12.