¿Qué significa ser lleno del Espíritu Santo? ¿Andar en el Espíritu? ¿Cómo puede ser eso realidad en su vida como lo fue en los discípulos de Jesucristo en el libro de los Hechos? Lea Efesios 5:18 ¿Es este un mandamiento o una sugerencia? Cuando alguien está intoxicado por alcohol ¿Quién o qué lo controla? Ser lleno del Espíritu Santo es permitir, ceder al Espíritu de Dios que controle cada área de mi vida. El asunto no es recibir más del Espíritu Santo, sino que Él controle más de usted.
Lea Efesios 4:30. Dios se entristece cada vez que sus hijos rehúsan cambiar los hábitos viejos controlados por el pecado o la naturaleza pecaminosa por hábitos piadosos que acompañan a la vida nueva en Cristo Jesús. Cuando usted permite que el pecado de idolatría se acumule en su vida, usted limita el control del Espíritu de Dios. Si hasta aquí usted ha permitido que los deseos de la carne, los deseos de los ojos o la vanagloria de la vida le controlen es el momento de recordar 1Juan 19, reclame a Dios la promesa que ha dado de perdonarle y limpiarle de toda maldad. Lea 1 Juan 5 14-15. ¿Es la voluntad de Dios que usted sea lleno del Espíritu Santo? ¿Cómo lo sabe? Lea Efesios 5:18, este versículo es la idea central del libro de Efesios, es el Espíritu Santo quien le conduce a una perfecta relación con Dios y su prójimo, su influencia permite en su vida que la Palabra de Dios controle su vida, a llevar una vida pura, morir a sí mismo. No obedecer el mandato de ser llenos del Espíritu Santo me convierte en un necio a los ojos de Dios. Los creyentes en Corintios necesitaban recordar que ya tenían al Espíritu Santo y que el pecado de idolatría contristaba al Espíritu de Dios.
Lea 1 Corintios 8:7-13. En el idioma griego la palabra “lleno” tiene tres connotaciones. Primera idea, como un barco de papel es llevado por el viento en el agua, Dios llevándome momento a momento en mi vida. Segunda idea, el Espíritu de Dios le da sabor a cada área de la vida. La tercera idea es la de “controlado”, es decir vivir bajo el control del Espíritu Santo. Esa fue la vida de los varones de Dios en el Antiguo Testamento, de los Apóstoles, de la iglesia primitiva, de los grandes predicadores, pastores evangelistas modernos quienes nunca adoraron dioses ajenos o se inclinaron ante ídolos o imágenes, siempre el Dios único y verdadero fue su prioridad número uno. Dios llama a un corazón lleno del Espíritu Santo para cumplir su misión. Se trata de vaciarnos de ese ídolo llamado “ego” y llenarnos del Espíritu de Dios. Lea Mateo 6:24.