Hemos estado aprendiendo y reflexionando sobre los atributos de Dios y sobre el concepto bíblico del temor, ahora debemos enfocarnos en considerar las razones para temer a Dios. Existen muchísimas razones para ejercitar nuestro temor a Dios:
Si reflexionamos podemos tener gran bendición en nuestra vida si vivimos en el temor a Dios, pero hoy queremos resaltar un detalle:
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29 porque nuestro Dios es fuego consumidor. Hebreos 12:28-29.
Como hijos de Dios hemos recibido un reino eterno, lleno de las mayores bendiciones que podamos comprender. Por lo tanto, en gratitud debemos dar respuesta sirviendo a Dios, agradándole y viviendo para El. Recuerda no confundir amor con debilidad o displicencia. El amor de Dios es puro y perfecto, tanto así que viene acompañado de disciplina y fuego para purificar. Cabe aclarar que Dios no nos disciplina por enojo, por odio o para descargar su molestia sobre nosotros. La Biblia explica con mucha claridad que el amor de Dios para con sus hijos implica la disciplina para corregir, para apartarnos del mal y para darnos vida (Proverbios 3:12; 13:24; 23:13 Hebreos 12:6–11). Por lo tanto, debemos tener temor y respeto a Dios, vivir en humildad delante de Él, para no caer en Su disciplina amorosa.
Queremos pedirte hoy que decidas temer y escoger una vida santa, agradable y en El Señor.
“Padre, quiero rogarte hoy que me perdones por no temerte. Quiero vivir como Tú mandas. Servirte bajo Tus preceptos y no los míos. Renuncio a mi mismo, para vivir para Ti, Amén.”