En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. (Salmos 73:2-3)

En más de alguna ocasión he considerado la pregunta, ¿por qué los que hacen algo malo logran prosperar? Aun cuando vemos en las noticias a tantas personas acusadas de corrupción o de ciertos delitos, todos sabemos que muchos otros están saliéndose con la suya, engañando, robando, mintiendo, haciendo algo que no debería de hacerse, pero que les permite obtener mayor ganancia y vivir mejor. ¿Por qué Dios permite tal cosa? ¿Cómo puedo mantener gozo en mi vida viendo como los que no agradan a Dios prosperan?

El escritor del Salmo 73 tuvo un pensamiento similar, y quisiera leerte este texto en la biblia Traducción al Lenguaje Actual, para resaltar que esta forma de pensar sigue siendo pertinente: 

Salmo 73:2-20 (TLA)

“Yo estuve a punto de pecar; poco me faltó para caer, pues me llené de envidia al ver cómo progresan los orgullosos y los malvados. ¡Tan llenos están de salud que no les preocupa nada! No tienen los problemas de todos; no sufren como los demás. Se adornan con su orgullo y exhiben su violencia. ¡Tan gordos están que los ojos se les saltan! ¡En la cara se les ven

sus malos pensamientos! Hablan mal de la gente; ¡de todo el mundo se burlan! Tan grande es su orgullo que sólo hablan de violencia. Con sus palabras ofenden a Dios y a todo el mundo.

¡Pero hay gente que los consulta y cree todo lo que dicen! Piensan que el Dios altísimo no lo sabe ni llegará a saberlo. ¡Así son los malvados! ¡No se preocupan de nada, y cada vez son más ricos!

¡De nada me sirvió hacer el bien y evitar los malos pensamientos! ¡Esos malvados me golpean a todas horas! ¡En cuanto amanece me castigan! Si hubiera pensado como los malvados, habría traicionado al pueblo de Dios. Traté de entender esto, pero me resultó muy difícil.

Entonces fui al santuario de Dios, y fue allí donde entendí cómo terminarán los malvados: Dios los ha puesto en peligro, y van hacia su propia desgracia. En un abrir y cerrar de ojos terminarán por ser destruidos; el terror acabará con ellos. Cuando Dios entre en acción, hará que sean olvidados como se olvida una pesadilla.”

Al reflexionar sobre esto, puedo estar seguro que mi gozo en el Señor puede mantenerse si decido obedecer y agradar a Dios, no para que él me de riqueza o fama, sino, precisamente para mostrarle cuánto lo amo, y puedo encontrar gozo en ello. Asimismo debo evitar las comparaciones que no son de edificación para mi vida, porque si he decidido obedecer al Señor, no puedo gozarme haciendo lo contrario, aun cuando vea que a otros les da un resultado positivo. ¡Mi gozo está en hacer lo correcto!

Finalmente debo recordar con mucho gozo que hay consecuencias para quien hace el mal, ya sea en esta vida o en la eternidad, habrá una consecuencia por sus actos, pero para el que se conduce con rectitud, puede que no tenga todo lo que siempre soñó en este mundo, pero su decisión de seguir a Jesús, le llevará a gozar de una vida donde no tendrá necesidad de nada. ¡Qué gozo será estar completo por la eternidad!

Este día demos un paso para el gozo, al recordar con la perspectiva correcta que servimos a un Dios eterno! Que dará con justicia a cada quién según corresponda

Categorías: Caminando con Dios
Francisco Cáceres
Coordinador de Área Congregacional